Respetar la tipografía es uno de los aprendizajes que más valoro de mi etapa como grafista, especialmente en un contexto en el que diseñar para internet implicaba ceñirse a las cuatro fuentes preinstaladas del sistema si no querías echar mano de scripts rarunos. La verdad es que durante aquella época me obsesioné un pelín con los manuales sobre tipografía, desconozco si motivado por mi ansia de conocimiento o por la necesidad de mantener a raya el síndrome del impostor que empezaba a asomar la cabecita.
Años después, ya con bastantes tiros pegados y asumiendo mi nuevo rol en esto de gestionar diseño, no he dudado en sumergirme en la lectura de “Tipos de interés”, de Ashiya Kuniichi. Reconozco que no suelo comprar manga más allá de los tomos de Dragón Ball que colecciona mi hijo –soy más de cómic USA y europeo– pero fue leer la sinopsis de esta obra y abalanzarme sobre ella:
Una chica se adentra en el mundo de la tipografía tras recibir su primer encargo como diseñadora y, durante la fase de investigación del proyecto, termina entablando conversación con la personificación de las tipografías occidentales más reconocidas, que le explicarán su historia, características y usos más frecuentes.
Casi ná.
El manga está lleno de referencias y curiosidades y cuenta con un glosario de términos técnicos que lo convierte en una obra altamente recomendable si estás empezando en esta disciplina.